marzo 1999, Volumen 14, Número 4
Cultivando ecológicamente y comercializando con equidad

Comercio agrícola, ¿oportunidad o trampa?

COEN REIJNTJES | Página
TIPOGRAFÍA
SMALL
MODO LECTURA
COMPARTIR

El comercio agrícola y la agricultura orientada al mercado no tienen que ser una trampa para los pequeños agricultores. Un comercio justo y ecológico ofrece importantes oportunidades económicas y ecológicas para un desarrollo sostenible.

E1 comercio agrícola siempre ha existido. El comercio sigue siendo una necesidad, ya se haga en forma de trueque entre vecinos o como una transacción a distancia, facilitada por el dinero. El comercio hace posible que las familias complementen su propia producción y satisfagan sus necesidades de alimentos y dinero, al mismo tiempo que explotan sus ventajas comparativas. En este siglo, ha habido una enorme expansión del comercio, con el apoyo de energía barata proveniente de fuentes fósiles, agro-químicos, refrigeración y formas cada vez más sofisticadas de transporte. A1 mismo tiempo, el poder adquisitivo de las poblaciones urbanas tanto en el Norte como en el Sur, combinado con la liberalización y globalización del comercio, produce un potente estímulo para los mercados en todo el mundo. Esta expansión del comercio ha traído beneficios a muchos productores y consumidores agrícolas. Sin embargo, también ha sido responsable de la incontrolada concentración de poder y riqueza en manos de unos cuantos países, compañías y personas, muchos de los cuales pertenecen al mundo occidental industrializado. El control sobre el capital y las tecnologías intensivas en conocimientos, las injustas prácticas comerciales que incluyen «dumping» de alimentos baratos, subsidiados y la manipulación de pequeños agricultores cuyas opciones de mercado de por sí ya son limitadas, han afectado seriamente a los pequeños agricultores en todas partes. Al mismo tiempo, la capacidad de los países industrializados para proteger sus propios mercados agrícolas y el empeoramiento de los términos de intercambio entre productos agrícolas e industriales también han contribuido al deterioro y al empobrecimiento de muchas comunidades agrícolas. A medida que los pequeños agricultores orientados hacia el mercado en comparación con los agricultores más grandes y las profesiones no agrícolas, pierden, y en que las compañías transnacionales ganan control de los flujos comerciales internacionales y la producción agrícola, muchos abandonan sus tierras en busca de trabajos en otros sitios (Coote 1996, Reijntjes et al., 1998).

Esto no sólo conduce al incremento de la brecha entre ricos y pobres, sino también a la pérdida de seguridad alimentaria, degradación ecológica, contaminación y al deterioro del conocimiento indígena y la diversidad cultural. La agricultura orientada al mercado y el comercio agrícola pueden producir un serio agotamiento de la fertilidad de la tierra, erosión del suelo y una pérdida de biodiversidad. En estas circunstancias, la agricultura no es ecológicamente sostenible.

Sin embargo, el comercio agrícola y la agricultura orientada al mercado no tienen que ser una trampa para los pequeños agricultores. Un comercio justo y ecológico ofrece importantes oportunidades económicas y ecológicas para un desarrollo sostenible (Panayotou 1993).

Un comercio justo
Venta local de productos ecológicos,
en Sri Lanka

Foto:GK Upawansa

Se están generando enfoques alternativos como una reacción al modelo de libre comercio. Desde la década de 1970, se ha ido desarrollando rápidamente el movimiento Comercio Justo (Fair Trade) (Beekman, p. 8). Las organizaciones importadoras compran directamente a los socios productores del Sur, pagan un precio justo y establecen relaciones de trabajo a largo plazo. Inicialmente, los establecimientos de alimentos para la salud y de Comercio Justo eran importantes puntos de comercio al por menor. Hoy, sin embargo, se pueden encontrar productos de Comercio Justo en casi todos los supermercados. A las organizaciones comerciales que respetan los principios de Comercio Justo y aceptan un monitoreo externo de parte de las organizaciones certificadoras, se les otorga un sello (etiqueta) de aprobación. El principio fundamental de Comercio Justo es el de una asociación igualitaria entre los productores del Sur, importadores del Norte, organizaciones de certificación, establecimientos de Comercio Justo y consumidores (EFTA 1998).

Agricultura orgánica
La demanda por productos orgánicos de los trópicos y dentro de los trópicos está creciendo rápidamente. (Geier p. 6; Robins y Roberts p.10; Panyakul p. 22). Esto no solamente le da a cientos de miles de agricultores de los trópicos una oportunidad para obtener un beneficio por sus productos, sino que también hace posible que los cultiven de una forma ecológicamente sólida. La Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Orgánica (IFOAM por sus siglas en inglés) ha formulado estándares básicos para definir la producción orgánica. En este momento, en muchos países tropicales se están desarrollando mercados nacionales, y sistemas de comercio y certificación para los productos orgánicos (Geier p. 6, Beekman p.8). Es necesaria una certificación, ya sea de Comercio Justo o del Movimiento de Agricultura Orgánica, para crear confianza y confiabilidad. La certificación no solamente protege a los consumidores contra fraudes, sino que incrementa una producción ecológicamente sólida y un comercio justo (Sams p.12).
Productos de alto valor
También la producción y comercialización de productos agrícolas no convencionales indígenas y locales, de gran valor, tales como hierbas medicinales o productos agrícolas tradicionales y forestales que no sean madera, con cualidades específicas, pueden ofrecer a los pequeños agricultores y a los nativos, en especial a aquellos que trabajan en áreas marginales, medios para incrementar sus ingresos de una manera ecológicamente sólida. Overmars (p. ll) informa sobre los nuevos procesos de producción y mercados que están siendo creados en el Brasil para productos, no de madera, provenientes de árboles y Van der Meulen (p. 20) describe el potencial de nichos de mercado para productos locales, tradicionales.
Factores críticos
Sin embargo, para abrir oportunidades de comercio internacional para productos ecológicos, de gran valor y a precios justos, es muy importante que los productores encuentren socios confiables que puedan hacerse cargo de la certificación, financiamiento, embarque, procesamiento, comercialización y distribución (Geier p. 6; Robins y Roberts p. 10). Para tener éxito, la escala de las operaciones comerciales debe ser suficientemente grande. Esto hace necesaria la cooperación entre agricultores. Sin embargo, una gran escala también significa que la administración se hace más compleja y con frecuencia, falta la habilidad necesaria para ello. Según Beekman (p. 8), la disponibilidad de una gerencia altamente competente y confiable y un apoyo gerencial constante son factores críticos para el éxito.
¿Hacia un nuevo proteccionismo?
A no ser que se generalicen nuevos enfoques de comercio, la desigualdad y el daño ambiental inherentes a las prácticas comerciales convencionales seguirán sin ser contrarrestados. Lang y Hines (1993) argumentan la necesidad de un marco referencial económico más apropiado para reorientar la economía mundial hacia la sostenibilidad. Esto no es factible como opción a corto plazo. Un enfoque más inmediato sería un nuevo tipo de proteccionismo en el cual los gobiernos formulan reglamentos de comercio basados en estándares socialmente justos y ecológicamente sólidos, capaces de crear condiciones que favorezcan a los productos ecológicos y de Comercio Justo, y a LEISA y a la agricultura sostenible en general.
Prioridad para economías locales
Aún si se adoptara dicha legislación, no sería posible eliminar completamente los efectos negativos sociales y ambientales del comercio internacional. Siempre habrá un importante grupo de agricultores que no tienen la posibilidad de competir en el mercado nacional e internacional y cuyas fincas quedan al margen de la economía de la globalización. El comercio internacional es totalmente dependiente de la energía fósil, de por sí una importante fuente de contaminación, y en este sentido, el comercio nacional e internacional es inherentemente insostenible. Para evitar el transporte, dañino para el medio ambiente, de productos agrícolas a grandes distancias y una riesgosa dependencia en consumidores lejanos, el desarrollo sostenible debería centrarse en el desarrollo y la protección de la economía local. Se debe dar particular atención a la gente marginada y a garantizar la idoneidad ecológica y cultural.

El refuerzo de la economía local propicia un sentimiento de responsabilidad social y ambiental por parte de la comunidad, autoestima, seguridad alimentaria, diversidad cultural y biológica y el compromiso para conservar la base de sus recursos naturales. Delgado et al. (p. 28) muestran cómo la población indígena de los Andes protege la integridad cultural, ecológica y económica de sus comunidades al mantener el sistema de trueque -quizá más difundido de lo que se reconoce oficialmente- como un elemento importante de su sistema económico y cultural.

SEKEM en Egipto: producción biodinámica y un estilo de vida

La granja SEKEM en Egipto, establecida en 1977, está situada en el desierto, cerca del extremo sur del delta del Nilo, cerca del Cairo. El área total de la granja es 55 hectáreas, de las cuales unas 30 están cultivadas. Otras granjas complementarias, que tienen contratos para proveer a la granja principal, abarcan unas 500 hectáreas. Y, esta área está expandiéndose cada vez más. Los productos se certifican de acuerdo con las normas Demeter para la agricultura biodinámica. Los principales cultivos pueden dividirse en tres categorías: árboles frutales, hierbas y especias, y hortalizas. Se cultiva una amplia gama de hortalizas para el mercado nacional egipcio y también para el consumo de hortalizas frescas en Europa occidental, fuera de estación. Las especias y las hierbas son para consumo interno y para exportación. La granja también tiene producción pecuaria.

Desde su inicio, la meta de SEKEM era producir alimentos orgánicos, de alta calidad, para los lugareños. SEKEM ha logrado impulsar la producción orgánica en Egipto. Ha establecido varios establecimientos de alimentos orgánicos en el Cairo y entrega sus productos a unas 7,000 droguerías y a unas 2,000 tiendas. En un país como Egipto, donde se consume mucho té, es significativo que las infusiones de hierbas orgánicas certificadas producidos por SEKEM se encuentren entre las más populares del país. Debido al éxito que tienen los productos SEKEM en el mercado de Europa occidental, las exportaciones ya han crecido hasta alcanzar el 40% de la producción total, en vez del 10-20% que se había programado inicialmente. No hay duda que, dentro del movimiento orgánico, la iniciativa SEKEM es un ejemplo de holismo. Bien fundamentados en la filosofía antroposófica y biodinámica, todos los proyectos y empresas de SEKEM han desarrollado con mucha rapidez. Hoy, SEKEM emplea a más de 120 personas con dedicación exclusiva y la cooperación con más de cien granjas biodinámicas que comercializan sus productos a través de SEKEM, da otros 250 puestos de trabajo a mujeres y hombres egipcios. SEKEM también ha tenido una función pionera en el desarrollo de la producción de algodón orgánico.

Lo que comenzó como una granja en un arenoso desierto, en las afueras del Cairo, se ha convertido en un centro de desarrollo cultural y social. La escuela de párvulos y el colegio de SEKEM educa a 350 niños, algunos de los cuales son discapacitados. Una clínica proporciona cuidados de salud y una estación móvil de ambulancias atiende a los que no pueden llegar a la clínica. El arte y la cultura dentro de la comunidad SEKEM son expresiones del enfoque que tiene SEKEM hacia la vida; el diseño de su construcción, y las condiciones y el entorno reflejan estos principios.

Helmy Abuleish, SEKEM, Egipto
Fuente: The future agenda for organte trade. Actas de la conferencia sobre comercio orgánico de IFOAM, Londres, 1998.

 

Fortaleciendo economías locales
En muchas comunidades, las actividades económicas funcionan a un nivel innecesariamente bajo ya que el dinero y los recursos naturales locales se desvían hacia la gran economía de mercado. El intercambio de bienes y servicios al nivel de comarca puede verse bastante incrementado con el desarrollo de sistemas locales de dinero. Ramada (p. 30) describe cómo un sistema de moneda local ha estimulado con éxito la economía de las comarcas en Argentina. Muchos grupos y comunidades locales en el Norte y en el Sur están experimentando actualmente con estos SLIC – Sistemas Locales de Intercambio y Comercio (Local Exchange and Trade Systems – LETS) (Douthwaite, 1996).

Aunque el ingreso generado por un comercio internacional verde y justo puede tener un importante papel en reforzar las economías locales (Beekman p. 8), Upawansa (p. 26) con acierto señala que las prioridades de los países pobres, tales como Sri Lanka, deberían ser para asegurar la producción de suficientes alimentos saludables para el mercado local, en vez de luchar por ganar acceso a un comercio de productos orgánicos en el ámbito nacional e internacional. Lanting et al. (p. 24) y Prakash y Nehnr (p. 27) describen ejemplos de iniciativas de éxito para organizar la producción orgánica y el comercio a nivel local. Para el desarrollo de la agricultura sostenible es crucial encontrar el equilibrio correcto de un Comercio Justo y ecológico, nacional e internacional.

Coen Reijntjes (ILEIA)

Referencias

– Coote B, 1996. The trade trap: poverty and the global commodity markets. OXFAM, Oxford, ISBN 0-85598-3515, 244 pp.

– Doudhwaite R, 1966. Short circuit: strengthening local econonties for security in an unstable world. The Liliput Press Ltd, 4 Rosemount Terrace, Arbour Hill, Dublin 7, Irlanda. ISBN-1-874675-60-0, 386 pp.

– EFTA, 1998. Fair Trade Yearbook: Towards 21100. Europeen Fair Trade Association (EFTA), Witmakersstrat 10, 6211 JB Maastricht, Países Bajos, 151 pp.

– Lang T y Hines C, 1993. The new protectionism: protecting the future against free trade. Earthscan Publications Ltd., Londres, ISBN 1-85383-165-4, 184 pp.

– Panayotou, T. 1993. Green markets: the economics of sustainable development. Centro Internacional de Crecimiento Económico e Instituto de Desarrollo Económico de Harvard, ICS Press, San Francisco. ISBN 1-55815-222-9, 169 pp.

– Reijntjes C, Minderhoud-Jones M y Laban P, 1998. LEISA in perspective. 15 years ILEIA. ILEIA Newsletter Vol. 14, No. 2 & 3. ISBN 90-804349-1-4, 46 pp.

Ediciones Anteriores

LEISA es una revista trimestral que busca difundir experiencias de agricultores familiares campesinos.
Por ello puedes revisar las ediciones anteriores.

Suscribete para recibir la versión digital y todas las comunicaciones que enviamos periodicamente con noticias y eventos

SUSCRIBIRSE AHORA