junio 2008, Volumen 24, Número 1
Agricultura sostenible y comercio justo

Café femenino: una experiencia de mujeres emprendedoras

ISABEL URIARTE | Página 48
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En el año 1999, constituimos la Central de Cafetaleros del Nororiente (CECANOR) que hoy agrupa a dos mil pequeños productores organizados en 47 comités de caserío, y de los cuales 739 son mujeres.

El cultivo del café de exportación está conducido mayoritariamente por pequeños productores y sus familias, por lo que la organización y la calidad del producto son aspectos esenciales para mejorar sus condiciones de vida. La mujer juega un papel fundamental en todo el proceso de producción, cosecha y poscosecha. Tanto en CECANOR como en las instituciones que nos asesoran percibíamos que la mujer no tomaba ninguna decisión sobre el uso del premio que se obtenía en el mercado justo y eran los hombres los que recibían el sobreprecio y disponían su uso. Ello nos llevó a considerar que las causas de la exclusión y subordinación de la mujer son culturales y económicas, por lo que si se quiere lograr el cambio de esta situación de la mujer campesina es necesario trabajar los dos aspectos en forma simultánea.

En los encuentros locales y zonales de 2003 discutimos los temas de revaloración de la mujer, su autoestima y liderazgo, pero sentíamos que si no impulsábamos una actividad económica en la que las mujeres participaran y dispusieran de los beneficios obtenidos, la revaloración de la mujer seguiría siendo un tema de discusión para que ella sea conciente de su situación, pero que no posibilitaba cambios sustanciales.

Organizaciones de campesinos cafetaleros fundadores de la Central de Cafetaleros del Nororiente
Asociación de Pequeños Agricultores para la Producción Ecológica ”San Mateo de Penachi“ (ASPAPE)
Promotora de la Agricultura Sustentable S.A. (PROASSA)
Unión Cafetalera del Alto Marañon, Lonya Grande (UCAM)
Asociación de Productores Cafetaleros del Utcubamba (APCU)

 

Desde PROASSA, comenzamos a pensar en generar una marca para la producción del café de las mujeres, discutimos con ellas la separación de su café, desde la finca hasta la cosecha: despulpado, fermentado, lavado, secado, pilado, selección y envasado. Ellas recibieron esta iniciativa con mucha alegría y asumieron el compromiso de mejorar la calidad.

En esta propuesta comprometimos a nuestro socio en Estados Unidos, quien se interesó a trabajar el concepto y en conjunto creamos la marca para el café de las mujeres. El 2004 se lanzó la marca al mercado y se vendieron los primeros dos contenedores a un precio mayor al del mercado justo. A partir de entonces se han hecho presentaciones de la experiencia de Café Femenino en ferias, en un congreso de académicos en Canadá, y en un congreso de la pequeña empresa, organizado por una organización holandesa.

CECANOR logró la acreditación de Fairtrade Labelling Organizations International (FLO) en el año 2000 y logró que sus socios no sufrieran con tanta crudeza el impacto de la crisis de los precios del café, que duró más de seis años. Con el premio del mercado justo se logró abrir trochas carrozables en zonas de extrema pobreza contribuyendo a disminuir los costos del transporte del café, permitiendo la salida de otros productos frutales al mercado, facilitando así el acceso a la salud y educación de la familias campesinas.

Actualmente, las empresas que tuestan nuestro café en Estados Unidos, Canadá y Australia aportan recursos financieros, a través de la Fundación de Café Femenino, que se están usando en el desarrollo de las capacidades de las mujeres para impulsar proyectos productivos (crianza de animales menores, cultivo de hortalizas) y en estudios que nos permitan abordar los problemas de salud de las mujeres de Café Femenino (incidencia de cáncer uterino) y en sus niños (desnutrición en menores de cinco años) , así como estudios para mejorar la gestión y acceso al agua en zonas de extrema pobreza.

Las mujeres campesinas que tradicionalmente no habían tenido ninguna compensación económica por su trabajo, reciben ahora –a través de su labor como integrante de Café Femenino– un pago por su trabajo, lo que ha puesto en evidencia la importante función económica que cumplen en la economía familiar. Ahora la mujer participa de los cargos directivos de la organización en todas sus instancias, asumiendo las responsabilidades que ello implica.

Los varones de la familia muestran cambios: aceptan la participación de sus esposas en la organización y facilitan su capacitación. También las relaciones de género son más positivas para la mujer, pues ha disminuido el maltrato físico y emocional en las familias

La generación de más puestos de trabajo en las tareas de selección y el acceso oportuno al financiamiento son factores positivos con los que ahora cuentan las integrantes de Café Femenino, gracias a la creciente demanda en el mercado por el café producido por mujeres. También, como resultado de la presencia de Café Femenino en el ámbito local e internacional, han logrado asistencia técnica y capacitación para el manejo de su producción de alta calidad, y apoyo para la mejora de la infraestructura de caminos y de las mismas comunidades.

A lo largo del proceso de Café Femenino en el Perú se han compartido las experiencias de varios países de la región, donde también se desarrolla esta propuesta: Bolivia, Colombia, Guatemala, México, Nicaragua y República Dominicana, y que tuvo su punto culminante con la realización del I Encuentro Latinoamericano de Café Femenino (Perú, 2007).

Isabel Uriarte

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