Tener en la mesa del comedor un recipiente de siete litros con un filtro que purifica el agua captada de la lluvia, y abrir una valvulita para llenar una taza y saciar la sed, es como una revolución para el campesino salvadoreño Víctor de León.
Por si fuera poco, contar con un estanque cavado en la tierra, un reservorio del agua de lluvia captada para asegurar que el ganado sobreviva en los períodos de sequía, también es un hecho sin precedentes en La Colmena, un caserío de este municipio rural de Candelaria de la Frontera, en el occidental departamento de Santa Ana… La nota completa aquí.