Comprar un pollo criado en Francia significa contribuir a la desforestación en países de América del Sur. La ONG Mighty Earth ha revelado que una gran parte de la soja con la que se alimenta el ganado en Europa es importada de Brasil, de Argentina y de Paraguay, donde la producción industrial de soja transgénica está directamente vinculada con la desforestación. RFI y varios medios europeos se asocian para publicar la investigación de Mighty Earth y contar cómo la soja genéticamente modificada acaba en los platos europeos. Tercer capítulo.
A pesar de haber prohibido en 2008 el cultivo de productos transgénicos en su territorio, por motivos sanitarios y ecológicos (vea el cuadro al final del artículo), Francia autoriza su importación para poder seguir alimentando sus animales de granja con soja genéticamente modificada. Ninguna ley obliga a los supermercados a mencionar este método... Lea la nota completa aquí.