Para nuestra supervivencia, los seres humanos dependemos de los servicios que nos proveen los ecosistemas como, por ejemplo, la producción de biomasa por parte de la vegetación. En países en vías de desarrollo, la dependencia de servicios relacionados con esta producción, como la de alimento para las personas y el ganado, el uso de madera como combustible o la fertilidad del suelo, es muy acusada. Para que un agricultor o un ganadero puedan planificar su actividad es necesario poder contar con una producción vegetal estable a lo largo de los años.
Sin embargo, se espera que el cambio climático aumente la variabilidad temporal de esta producción vegetal. Los modelos predicen un incremento de la aridez para la segunda mitad del siglo XXI en las zonas secas del planeta, que comprenden más del 45% de la superficie del mismo... Lea la nota completa aquí.