Aceite de oliva virgen extra, huevos de gallina, manzanas, naranjas o plátanos canarios tienen en común que pueden contener residuos de clorpirifós, un plaguicida disruptor endocrino prohibido en Estados Unidos este verano por causar daños al cerebro infantil.
Comemos clorpirifós
El clorpirifós es un insecticida organofosforado desarrollado en los 60 por el gigante Dow Chemical, que se utiliza a día de hoy en multitud de cultivos diferentes de unos 100 países.
Lea la nota completa aquí.