Agricultores, científicos y ecologistas se enfrentan por el uso de los pesticidas mientras surgen nuevas enfermedades que amenazan los naranjos, los olivos y el trigo.
Los agricultores dedicados a las naranjas, los limones y las mandarinas están aterrados. El dragón amarillo, la enfermedad más devastadora de los cítricos, aporrea las puertas de España. La peste, desatada por una bacteria, ya aniquila los árboles de Asia, África y América. El microbio amarillea las hojas y deforma los frutos, provocando además un sabor desagradable, entre amargo y salado, que arruina las cosechas. No tiene cura. Solo en Florida (EE UU), la plaga ha provocado pérdidas de más de mil millones de euros. Lea la nota completa aquí.