El llamado arroz dorado es uno de los mitos más caros de la industria biotecnológica para intentar cambiar el rechazo generalizado a los transgénicos.
Lo presentan como el arquetipo del transgénico bueno porque es un arroz que expresa un precursor de la vitamina A, cuya falta es una deficiencia importante para muchas personas que padecen malnutrición y que en casos extremos puede llevar a la ceguera. Sus promotores no han logrado probar que en la práctica realmente sirva para aportar vitamina A. Además, en 2017, científicos en India dieron cuenta de un experimento de campo que mostró que al integrar ese constructo transgénico al arroz, cayó el rendimiento y la calidad del cultivo de tal modo que la cosecha fue inservible.
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