La Comisión Europea y un comité técnico y científico tendrán la última palabra después de que una mayoría de Estados rechazara renovar la única licencia que ha dado desde 1998 para cultivar vegetales genéticamente modificados en territorio comunitario y conceder dos más.
Se trata de plantas cuyo ADN ha sido modificado para integrar en él una bacteria –bacilo turgiensis- que resulta mortal para el gusano del taladro, la principal plaga que afecta a este vegetal. Sin embargo, hay dudas sobre la idoneidad de su cultivo, incluso en el plano productivo: los estudios del Centro de Transferencia Agroalimentaria del Gobierno de Aragón, la zona de mayor cultivo de España, coinciden en señalar que su rendimiento no es superior al de las mismas variedades de maíz convencional conclusión que también ofrecen los estudios de ámbito estatal .
Fuente: publico.es